Vigesimo capítulo- SENTIMIENTOS DE AGUA SALADA
Creo que nunca he estado tan indeciso y decidido a la vez
como ahora. El último mensaje que he recibido de la libreta de Alek después del
“Tenemos que escapar” ha sido “Déjamelo a mí”. El último y el único. Y eso no
me deja más tranquilo. Ya se lo dejé a ella hace tan sólo unos minutos y mira
donde hemos acabado. Pero no se me ocurre nada. En este mismo instante mi
cuerpo es un mundo de sensaciones. El corazón me palpita fuertemente. Por el
miedo que siento y por el amor que hay guardado en él. Pero al fin y al cabo
todo es amor, pues ese miedo está ahí porque temo perderla.
Los minutos que pasan a continuación para mí son milésimas de
segundos. Mi cuerpo tiembla levemente y mis dientes chirrían. Todo mi yo es un
nudo de nervios. Lo único que puedo hacer para calmarme un poco es mirar a
Alek, porque al menos sé que todavía está aquí conmigo. Y quiero quedarme con
su cabello, su mirada, sus labios… en mi memoria. Para que, si algo sale mal,
al menos tenga su recuerdo como consuelo. Pero ella parece que no está
dispuesta a que todo acabe aquí. Su rostro también parece nervioso, pero la
concentración mantiene el primer puesto en su lista de emociones en este
momento. Aunque yo sólo veo una solución, y es luchar. Pero siendo cinco contra
dos esa posibilidad se va a pique. Y teniendo en cuanta que ellos están al
mando de todo este gran mecanismo de seguridad, las posibilidades menguan aún
más.
Y con una sonrisa en los labios y provocando que mi corazón
de un vuelco, aparece Noah por la puerta.
Se acerca primero a su cubo, pero no la saca sin antes esposarla
a su muñeca. Conmigo hace lo mismo. Estamos atados a nuestra muerte. La vemos
de perfil y no podemos hacer nada. Simplemente, dejar que nos lleve en sus
brazos. Y aunque quisiéramos luchar en este momento, aunque seamos dos contra
uno, él es mucho más fuerte que nosotros. Y tampoco podríamos cargar con un
hombre inconsciente hasta la salida y huir. Al menos para mí es un hombre. Me
pregunto qué es lo que verá ella… Y esa pregunta me parece tan lejana, porque
tan lejano es un lugar y un momento donde estemos a salvo y juntos… La miro
mientras caminamos hacia la puerta, con mis pesados pies moviéndose en contra
de su voluntad. Ella también me mira. Pero no sonríe como hago yo, solamente
llora y me mira con esos ojos verdes brillantes llenos de lágrimas. Y desearía
decirle que no llore, que no quiero recordarla con esa tristeza, sino con una
sonrisa bien grande en ese rostro tan bonito. Pero no puedo. Ni siquiera puedo
respirar bien en este momento.
La puerta se abre. Y todo está casi como antes. Los miembros
del tribunal en sus puestos, mirándonos. Pero la estancia ahora parece más
pequeña, tal vez sea por la enorme guillotina de cristal reluciente que hay en
medio de la sala. Se me para el corazón. Eso… ¿para qué es? ¿Para mí? No, yo
soy una esencia, a mí me necesitan dentro de una puta caja para el resto de mi
vida. Entonces… para Alek. No, joder, no. Esto no puede ser para ella. A ella
no le pueden hacer esto. ¿Entonces para que me han traído a mí aquí? ¿Para
reírse un rato mientras veo morir a la chica que quiero, a la que amo? Si es
para eso ya lo han conseguido, porque mis ojos están mojados y al cerrarlos mil
sentimientos florecen en forma de agua salada.
Todo parece ensayado, el cazador de esencias nos lleva a los
dos en dirección a la guillotina, sin esperar ordenes de la maldita Muerte. No
las necesita, sabe muy bien lo que tiene que hacer, y esa sonrisa dice que le
encanta. Lo que no saben es que es mentira, que ella nunca ha hecho nada malo,
que sus estúpidos métodos han fallado hoy, y posiblemente siempre. Porque yo no
me creo que ella haya asesinado a nadie siendo incapaz de matar a un simple
conejo, porque ella es la mejor persona que he conocido en mi vida. Y es de
verdad. Así que mienten, tan sólo quieren matarla por el simple hecho de quitar
una vida, por la diversión que les produce hacerlo.
Veo como el cazador posa el cuello de Alek en la guillotina
con cuidado de no tocarla. Y noto el escalofrío de Alek por el tacto frio del
cristal, y yo también lo siento. Miro la cuchilla de cristal afilada y mi
corazón muere al imaginármela llena de sangre. Quiero cerrar los ojos pero no
puedo. Quiero poder verla lo más que pueda, no quiero despegar mi mirada de
ella nunca.
-
Te
quiero- susurramos al unísono, y reímos al darnos cuenta de nuestra sincronización.
Noah, con la mano con la que tenía cogida a Alek, coge la
cuerda que, al estirarla, producirá la muerte de dos personas de esta
habitación. Me mira mientras la estira, tan sólo un poco de fuerza tiene que
hacer para romper dos corazones. Baja, rápidamente, la cuchilla afilada. Y la
perfecta piel de la nuca de Alek está a punto de desgarrarse. Coloco mi mano en
la guillotina, deseando estar lo más cerca posible de Alek. Pero no es frio lo
que siento. Sino un calor insoportable, un ardor que se pega a mi mano. Pero no
la separo de ella. Aguanto ese calor. Y todo cambia. De repente, mis ojos están
cerrados y mi cuerpo mojado. Los abro para saber que está pasando. Todo es
agua. La guillotina cambia de cristal a un agua helada en cuestión de milésimas
de segundos. Y ya no estoy atado a nada. Aunque eso no me importa. Ahora sólo
me importa que mis ojos encuentren a Alek, a una Alek con cabeza, sana y salva.
Me desespero. No la encuentro y el agua me lleva. No veo nada más que esa luz
resplandeciente que se cruza con la fina línea que separa el agua del aire.
Algo me coge por detrás. Mierda. Intento zafarme de él, quitar sus garras de
encima de mí. No puedo dejar que el cazador o cualquier otro miembro del
tribunal me coja ahora. Pero entonces me besa la oreja y su sonrisa se pega a
mi mejilla. Y todo mi yo se tranquiliza y se apacigua, como si ya no
estuviésemos aquí. Entonces me giro y veo la cara de Alek sonreír dentro del
agua. No sé qué es esto. Si será un sueño o alucinaciones mías, pero sea lo que
sea me encanta. Y no tenemos tiempo que perder. La beso dentro del agua durante
unos segundos, unos segundos en lo que todo se detiene y nada nos importa, ni
siquiera nuestras vidas, porque nuestros labios se estan tocando.
Nadamos, nadamos mientras nos dirigimos a algo que creemos
que es la salida. La puerta se ha roto por la presión del agua que aparece de
la nada a chorros. La cruzamos y vamos a la superficie antes de que nos
ahoguemos. Y allí vemos unas personitas que se dirigen como una exhalación
hacia nosotros, con el cazador en cabeza. Y nadamos, nadamos hacia la salida
definitiva, y… está cerrada. La intentamos abrir a golpes, pero el agua los
amortigua. Y Noah y Dani están cada vez más cerca de nosotros. Cuando sólo
están a medio metro les pego una patada en la cara que los deja aturdidos unos
segundos, lo que necesita Alek para abrir la puerta con algún truco que habrá
aprendido de sus padres, supongo. Toda el agua se esparce y vamos bajando hacia
el suelo. Y al final caemos sobre la mojada hierba de la entrada al edificio. Y
corremos, corremos sin mirar atrás, tan sólo mirándonos uno al otro para saber
que estamos ahí. Y sonriendo al comprobar que sí, que estamos juntos de nuevo.
No sé a dónde nos dirigimos. Tan sólo nos adentramos en el bosque. Pero ya me
da igual, tan sólo quiero encontrar esa maldita esencia que necesitamos y vivir
esta pequeña eternidad junto a ella.
Hola que tal ♥
ResponEliminatus escritos son muy buenos me encantaria que te pasaras para compartir un poco mas y estar en comunicación de escritora a escritor*w* besos y felicitaciónes por tu bello y encantador blog ♥
Muchas gracias por el cumplido! Me alegra mucho que te guste mi blog*-* En cuanto pueda me paso por tu blog^^ Besos y muchísimas gracias:*
Elimina